Imagina por un momento un verano en el que, durante unos días, fueses a descansar y a replantearte tu relación con tu ... (quien sea), en el chalet que una amiga tiene en una urbanización de la costa.
Estando allí, ella (que siempre tuvo algo de cotilla), te comenta, como la que no quiere la cosa, que en una habitación del chalet tiene un telescopio, y que lo utiliza para fisgonear, sin ser vista, lo que los vecinos de la urbanización hacen en sus casas (y ya te puedes imaginar lo que es).
Es más, y nuevamente como la que no quiere la cosa, te comenta que, esa noche, en la que tú te quedarás descansando, ella tiene una cita romántica en casa de otro de los propietarios de esa urbanización, con el que tiene un "lío", y va y te muestra, que con su telescopio, se ve perfectamente todo lo que ocurre, tanto en el cuarto de estar, como en el dormitorio del chalet en el que ella y su "lío", estarán a partir de las 11 de la noche.
Pues bien: ¿Qué harías esa noche a las 11?, ¿Mirar a través del telescopio, o quedarte en el sofá leyendo la novela que te trajiste? Y es que presientes que mirar significa, ver cómo tu amiga (que para qué negarlo, es un poco exhibicionista), hace el amor con su amante (¿en una actuación dedicada especialmente a ti?).
El problema es que somos curiosas por naturaleza, y de ahí viene nuestra tendencia al "voyeurismo".
Pues bien, éste es parte del argumento de Eyes of Desire , la película que escribió y dirigió Candida Royalle, en el año 1998, y que combina a la perfección, misterio, romance, erotismo, voyeurismo y sexo explícito.
(A pesar del sexo explícito, no es peli porno "hard", ya que las escenas X han sido pensadas por una mujer, que sabe lo que nos gusta, así que, en todo caso, podríamos denominarlo porno para mujeres).
¡Ah!, por cierto, antes de que se me olvide, y sin llegar a chafaros la peli para aquellas que queráis verla: la trama se complica a los pocos días de la romántica cita nocturna de tu amiga y anfitriona, cuando nuevamente vuelves
a usar el telescopio para observar los chalets de la
urbanización, y entonces te das cuenta de que, en uno de ellos, aparentemente deshabitado desde hace años, hay otro potente telescopio, apuntado al chalet en el que tú estás alojada.
¡La mirona mirada! ¡La voyeur voyeurada!
Pero, ¿por quién? Si ese chalet está deshabitado desde hace años, ¿quien te está observando? ¿Y por qué?
¡Ah! ... ¡¡Misterio!! (lo del romance y las nuevas escenas de sexo explícito, de las cuales tú serás la protagonista, vienen luego, y hasta ahí puedo leer)
;-)
Parte de la trama de esta película, recuerda algo a otra, un thriller de mediados de los años 80, titulado Doble Cuerpo, que fue dirigido por Brian de Palma y protagonizado entre otros/as por Melanie Griffith (la cual, dicho sea de paso, por entonces era todo un tipazo).
En cualquier caso, película totalmente recomendable (a ser posible para verla acompañada), en estas calurosas y tranquilas noches de verano, en las que, cuando estás en la terracita (con zonas oscuras, donde mirar sin ser vista) del piso de una amiga, que aunque no tenga un telescopio, sí que tiene unos prismáticos, a lo lejos, en la oscuridad de la noche de la ciudad, veis ventanas con luz tenue, en las que se distinguen siluetas de personas que se mueven.
Posiblemente no se trate de un caso de asesinato, como ocurre en algunas películas...
Pero en cualquier caso...¿podréis resistiros a echar una miradita, o dos, para ver qué están haciendo los/as vecinos/as, a esas horas de la madrugada?