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Dicho lo cual, volvamos al post, propiamente dicho.
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Como ya dije hace tiempo, reconozco que me gusta la literatura erótica, y mis amigas lo saben, y por ello, y por aquel dicho de que "haz fama y échate a dormir", también me dejan y regalan novelas de este género.
La última que me ha regalado una de ellas, es la novela negra titulada El primer caso de Cate Maynes, de la escritora española Clara Asunción García.
Antes que nada, he de decir, que a esa amiga, "le va la carne y el pescado", y puede que por ello, la protagonista de la historia, sea una investigadora privada, con tendencias sexuales lésbicas.
La novela es entretenida, tiene intriga (como toda novela negra que se precie), sentido del humor, una romántica historia de amor de la protagonista, y unas escenas de sexo lésbico, relatadas con lenguaje explícito, que cortan el aliento.
Para que veamos de lo que hablo, creo que lo mejor será que copie un fragmento, sacado de las primeras páginas del libro (página 19):
-Ve a esa mesita, tercer cajón- señaló la mesa junto al lado izquierdo de la cama.
Oh, bueno, vale, lo que ella quiera. Me precipité hacia el mueble y abrí el cajón indicado. Joder, un arnés de cincha negra y hebillas plateadas con un falo de goma de tamaño medio descansando envuelto sobre una tela blanca. Me gustó el detalle de que contara con el adminículo correspondiente que se encajaría en mi sexo.
Lo cogí y me acerqué a ella, que se había sentado en la cama. Me sonrió y me hizo un gesto para que me acercara. Con mano experta, sujetó el arnés a mi cadera, y encajó el falo en mi sexo. Gemí anticipadamente. Ella tiró de mi, para ponerme a su altura y besarme. Fue un beso largo, sensual, sin la precipitación que habíamos tenido antes. Acarició mi nuca despacio. Sabía, oh sí, sabía muy bien como besar, era toda una experta. Se separó y susurro, muy, muy bajito, "Fóllame Cate" y yo, desde luego, la obedecí.
....
Ella misma se dio la vuelta, abriéndose de piernas y exponiéndose, con las rodillas en el suelo, y el cuerpo sobre la cama. Jugué un poco con su sexo, acariciándolo de arriba abajo, muy despacio y me dejé caer sobre ella, apoyando todo mi peso.
-¿Por dónde?- le susurré al oído.
Ella se removió inquieta y me miró con ojos nublados por la excitación. Tenía saliva en la comisura de los labios y me incliné para lamérsela.
-Delante- dijo, de un modo apenas inteligible, -Lento, rápido-.
No era una contradicción, sabía qué era lo que quería.
La besé y ella gruñó impaciente. No la haría esperar más.
Me situé a su espalda, la acaricié un poco más y le metí el falo, mientras la sujetaba por un hombro. La pieza entró poco a poco, y después la metí de golpe. Micaela estaba completamente húmeda. Empecé a empujar de forma rítmica. Lento al principio, rápido después, hasta que se corrió. Mientras ella se estremecía bajo los estertores del orgasmo, me quité el arnés y empecé a masturbarme, mirándola. Ella se volvió y acercó su boca a mi sexo. Me lamió y metió la lengua, hasta que me corrí con ella dentro. Después la empujé sobre la cama y nos quedamos quietas, abrazadas, hasta que todo rastro de lujuria se fue evaporando de nuestros poros.
¡¡Ufff!! Eso es lo que, ésta que suscribe, llama una magistral lección de literatura erótica, de ardiente (al rojo vivo) y explícito lenguaje sexual, impartida por Clara Asunción García.
Y para cuando nos volvamos a ver, en la próxima cena de verano, le tendré que reconocer, que la novela me ha gustado mucho, pero que ésta que suscribe, en temas de alcoba, "sigue prefiriendo la carne", y lo que ella, en alguna que otra ocasión,
nos ha dicho
durante las cenas de amigas, de que no se puede saber si algo no te gusta, salvo que lo pruebes, al menos una vez ... pues... como que no me veo preparada para ciertas pruebas.
;-)
No me lo podía creer cuando, después de tantos meses sin actualizar este blog (que reconozco que lo tengo medio abandonado), en mi gestor de correos electrónicos, apareció un aviso de comentario recibido, y a la espera de ser publicado.
¡Muchas gracias Clara!
Espero que, en breve, podamos volver a disfrutar con otro caso de la detective privada Cate Maynes
(y ¿por qué no decirlo? con alguna de sus tórridas escenas de amor).
;-)
¡Muchas gracias Clara!
Espero que, en breve, podamos volver a disfrutar con otro caso de la detective privada Cate Maynes
(y ¿por qué no decirlo? con alguna de sus tórridas escenas de amor).
;-)
4 comentarios:
Hola!
Buceando en Internet he llegado hasta tu blog (sí, lo sé; un poquito tarde!!!! ;O)) y he visto tus comentarios sobre el libro.
Me alegro de que te gustara la historia!!!
Un beso,
Clara Asunción García
¡Encantada de que hayas leído esta entrada de mi blog! ¡Quien me lo iba a decir cuando, hace un año, leí el libro, y escribí mi opinión acerca de tu magnífica novela!
(Y por cierto, sigo/seguimos a la espera de una nueva aventura de Cate Maynes. ¡Fantástico personaje!)
Un beso
Pues muchísimas gracias por tus palabras, Mar. En estos momentos estoy batallando con la segunda parte. ¡Eso si hay suerte y pillo a Cate serena y dispuesta!! (nada que no se soluciones con un buen par de cajas de paracetamol ;O)).
Besos y gracias de nuevo.
Clara
Hola Mar:
Veo que te estás tomando un descanso en tu blog. Supongo que ya ni te acordarás de quién soy, pero bueno, con repasar esta entrada lo tendrás claro. Mira, estoy en estos momentos en plena campaña de promoción de mis novelas y he puesto en marcha un concurso (http://claraasunciongarcia.blogspot.com.es/p/pon-una-novela-en-tu-vida.html), que tiene como premio un relato corto mío (no, no es erótico ;O)). Y como tú tuviste la amabilidad de hacerle un hueco a Cate en tu blog, me gustaría enviártelo, si quieres.
Bueno, pues ya me dices algo, ¿ok?
Por cierto, la segunda parte de Cate saldrá probablemente este verano.
Un saludo
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