martes, 1 de mayo de 2012

Para los gustos están los colores

Pese a lo que diga el título, en este post no voy a hablar de colores, sino de los gustos, y más concretamente de los gustos en ropa interior, especialmente ahora, que el salón de la lencería de París 2012, parece que ha decidido cambiar la moda, de nuestra ropa íntima.



Y tras el reportaje... la pregunta del millón:  ¿tanga o braguitas?

Personalmente, yo diría que... depende ...de la ropa, y de las circunstancias,  pero como norma, suelo decantarme, por el tanga para los pantalones, y por las braguitas para las faldas.
En cuanto a los vestidos ... pues nuevamente depende, tanto del vestido, como de las circunstancias.

Y ya puesta a hablar acerca del tema, he decidido investigar un poco, acerca de la historia del tanga.

Aunque la palabra, parece proceder del lenguaje de la etnia africana  Kumbundu,  y significar "cobertura para tapar algo" (ese era el nombre que los esclavos negros, le daban a sus taparrabos), la historia moderna de esta prenda de lencería, mayoritariamente femenina, e inicialmente utilizada como bañador, comenzó en Brasil, concretamente, en el año 1974, durante un reportaje fotográfico del diseñador de moda Ricardo Amato, y en el que la modelo Rose di Primo , posaba en la playa con ese tipo de bañador.



Inicialmente, el escándalo producido en la sociedad brasileña, fue tremendo, pero poco a poco, y pese a prohibiciones y multas, las "garotas" fueron popularizándolo en las playas, hasta que fue imparable.

A finales de los 70, los bañadores-tanga ya aparecen en las revistas de moda (Elle, Vogue), y en los 80, en las películas de Hollywood  (como por ejemplo, en la divertida comedia romántica de Stanley Donen,  Lío en Río, donde unas juveniles Demi Moore, y Michelle Johnson, muy atrevidas para la época, aparecen luciendo tipito, en topless y tanga, en la playa de Copacabana).


El resto, y cómo esa prenda de baño, pasó a ser utilizada como ropa interior, ya es historia, especialmente ahora que París ha decidido comenzar a cambiar la moda en nuestra lencería.

En cualquier caso, y pese a lo que diga París, personalmente pienso conservar algunos dentro del cajón de mi ropa interior, pues sigo opinando, que para unos pantalones, especialmente si son ajustados, nada como un tanga, para realzar el trasero.

Bueno, nada como un tanga para realzar el trasero, salvo unos buenos tacones, a los que ya dediqué un post, y que pasan los meses, y sigo viendo, en las oficinas que visito por temas de trabajo, que sigue habiendo muchas que los llevan, sin saber caminar con ellos.

;-)

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