domingo, 16 de octubre de 2011

Santos Trinidad: El hijoputa que salvó al mundo occidental

Ayer fuimos a ver la película No habrá paz para los malvados.

¡¡Por fín una buena película española, con un sensacional guión, creíble, preciso, y que cuenta una historia, de las que enganchan!!

Nada que ver, con las historias que (gracias a las subvenciones) tantas veces nos han contado en estos últimos años: películas de postguerra, con curas falangistas pedófilos, fascistas de pueblo, con bigotito a lo Errol Flynn, gays deprimidos por no atreverse a salir del armario, y lesbianas estreñidas.

¿Y qué decir del actorazo que es José Coronado ?, Pues que se mete maravillosamente bien en el papel del inspector Santos Trinidad (estoy convencida que ésta, será una de las actuaciones cumbre de su carrera de actor).


Consigue que nos atraiga el malvado inspector Trinidad, del que deducimos que, en el pasado, fue un magnífico y condecorado policía, perteneciente al Grupo Especial de Operaciones, hasta que, un día, ¿durante una misión en la que prestaba servicios de seguridad para la embajada de España en Colombia?, algo se torció, y él terminó cayendo en el lado oscuro de la ley (es un asesino)  y de la vida (también es un alcohólico y amargado solitario), pese a lo cual, no sé si es por la atracción del peligro, o porque nos damos cuenta de que, únicamente un malvado personaje como él, puede evitar que el drama se materialice, terminamos poniéndonos de su parte.

Y es que el nombre del inspector tiene su aquel, pero una vez vista la película, entendemos por qué los guionistas han elegido ese nombre para el protagonista, de igual manera, que podían haberla titulado, tal y como digo en el título de este post, Santos Trinidad: El hijoputa que salvó al mundo occidental.

Y pese a ello, y como dicen los de Cineuá, qué inquietantes que son esas últimas imágenes, en las que, justo antes del fundido a negro, vemos aquellos extintores.

¡¡¡Peliculón, peliculón!!!

Ya era hora.



PD:  Un comentario acerca de esta película, que he leído en El cuatro Poder,  y que me ha encantado:

"Y seguro que dentro de unos años me será más fácil acordarme del hijo de puta de Santos Trinidad y de su mirada cansada y mala, de su desprecio por la vida y de su dureza de corazón, que del nombre de No habrá paz para los malvados. Pues Urbizu y Coronado han conseguido crear un héroe perdedor, inolvidablemente cabrón y malvado, un vaquero de ciudad que calza botas, que en vez de güisqui toma ron cola, y que solo confía en su revolver del calibre 44, pero en cuyo comportamiento perverso encontramos, no obstante, un poso de justificación por su misterioso pasado brillante, la villanía de sus oponentes y las consecuencias inopinadamente redentoras de alguno de sus actos".

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